Existen muchos tipos de tatuajes, aunque todos consisten en lo mismo, meter tinta en nuestra piel, algunos se llevan a cabo de forma distinta a las típicas máquinas a las que estamos acostumbrados. Un claro ejemplo de esta diferencia son los tatuajes maoris. Todo un mundo en cuanto a realización, historia y significado.
El Moko Maorí de la zona de Nueva Zelanda, en Australia, en su origen y aún hoy en la actualidad, se trataba de un tribal que identificaba a cada persona y el estatus de la misma dentro del grupo, así que más que una función estética, obedecía a una forma de marcar a las personas, para convertirlas en únicas e inconfundibles dentro de cada grupo.
A la hora de llevar a cabo el tatuaje, cuanto más complejo era su diseño, más alto era el rango de la persona en si. Estamos delante de una tradición y no de una moda, ya que los maories se tatuaban de los pies a la cabeza, se iniciaban en esta tradición a los ocho años y dichos diseños se iban renovando durante toda la vida.
Como veis esto es mucho más que una simple moda. Cuando se tatúan esperiales en su cuerpo, lo hacen con la intención de capturar la energía cósmica que nos envuelve, dicha tradición era tan firme que incluso si alguien fallecía sin haber sido tatuado, los maories a pesar de estar delante de un difunto lo tatuaban, para que su alma pudiera llegar a buen puerto.
Tanto hombres como mujeres se tatúan, las féminas con fines estéticos y sensuales, los hombres se tatúan de arriba a bajo porque consideran que la tinta en su cuerpo es una armadura física y espiritual.
Antaño se realizaban estos tatuajes con unos cinceles con huesos de albatros, con las que se iban dando pequeños golpecitos para ir inyectando la tinta, actualmente, la mayoría de estos tattoos se realizan con pistola, ya que de la otra forma es algo doloroso.
Como veis estamos delante de un tipo de tatuaje con raíces, con historia, que va mucho más allá de una simple moda que muchos de vosotros, quizás, no podáis entender. Resumiendo los tatuajes Moko sirven para esculpir la vida de cada ser en su piel, hasta el momento.
Así que si queréis recibir vuestro Moko visitad la zona que más os guste, quizás Nueva Zelanda sea la mejor opción y disfrutar de este arte hecho historia en la piel de cada uno de nosotros. Yo sin duda alguna, cuando tenga la oportunidad, quiero recibir mi Moko.