Entrevista a Toni Moog, devoción por el humor y los tatuajes

Toni Moog

Nos encontramos en una cafetería de Barcelona para poder entrevistar uno de los grandes humoristas desde hace decadas, Toni Moog. Éste catalán empezó como dj en una sala de jazz  y acabó subiéndose al escenario por una apuesta, ya sabéis por un «no tienes huevos…», y sí, resultó que los tuvo. Ahora lleva ya casi mil funciones en el teatro Capitol de Barcelona. Probablemente lo recordéis también por sus monólogos en la Paramount o por su grito de guerra a lo Leónidas en el que se dirigía al publico con un «Espartanos…» y todos contestaban al unísono ese «Au! Au! Au!».

Toni Moog, no solo es un gran cómico, a parte de su afición por los muscle cars, tiene un amor incondicional por el mundo del tatuaje. En ésta entrevista nos cuenta su forma de ver y entender éste mundo en el que gobierna la tinta. 

Tatuantes: ¿Todavía sales al escenario diciendo eso de “Hola, soy Toni Moog y llevo tattoos”?

Toni Moog: (Risas) Bueno eso lo hacía al principio, pero no, ahora ya no. Voy cambiando con los años.

T: ¿Cuantos tatuajes llevas?

TM: Pues mira, no lo sabía porque me he ido haciendo muchos tatuajes a lo largo de los años y realmente lo calculaba por porcentaje. Suponía que un sesenta o un setenta por ciento de mi cuerpo estaba tatuado. Y el otro día me dio por contarlos, no sé por qué, pero estaba con una amiga y me dijo «Pero a ver ¿cuantos llevas?», los contamos y llevo 36.

T: ¿Recuerdas cuando te hiciste el primero?

TM: El primero me lo hice con dieciséis o diecisiete años. Dieciséis, sí. Me lo hizo un tatuador que se llama Pascal, y me hizo exactamente lo que le pedí, un Lucky Luke en el hombro.

T: ¿Y porqué un Lucky Luke?

TM: Bueno, en esa época, hace ya muchos años, yo era super delgado ¡pesaba 69 kilos! (mido 1.93). La verdad es que creo que me tatué a Lucky Luke porque era lo único que me cabía (risas). No, realmente me encanta Lucky Luke, era como yo, delgado y siempre con el cigarrillo en la boca, y me dije… «Bueno, pues un Lucky Luke». 

Pascal todavía tatúa, creo que ahora tiene un estudio en el barrio de Gracia. Vamos hablando por Whatsapp o Facebook, pero últimamente no nos vemos tanto.

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T: Veritas Æquitas, verdad y equidad… es un tatuaje muy interesante. Cuéntanos la historia de éste tattoo, que llevas.

TM: Veritas Aequitas… hombre pues sí, tiene su historia. A ver, todos los tatuajes tienen un motivo concreto, es decir, me los hago para recordar una fecha o algo especial, pero otros… Otros su significado es solo para mi. En fin, Veritas Aequitas o verdad y equidad, es la base de los principios del derecho romano. Creo mucho en la justicia y estas cosas.

Odio profundamente las injusticias, y la verdad es que por alguna injusticia sí que he pasado. Por eso lo llevo tatuado. Además en la espalda llevo uno en latín que no veas… dice : Testis non est iudicare da mihi factum dabo tibi ius juria novit curia.

T: Veo que también llevas otro en latin Semper Veritas

TM: Semper Veritas, Sinceridad siempre, hace años, bueno, hace ya muchos años, me di cuenta que las mentiras no te llevan a ninguna parte. Soy un tío muy bruto hablando, voy muy de cara, soy un poco bestia, pero por lo menos soy un tío sincero y legal. Prefiero ser legal, sincero y bruto que no ir mareando la perdiz. Soy un tío muy directo y muy claro, y no me gustan las mentiras.

T: Llevas muchos estilos ¿Cual es tu preferido?

TM: Tradicional, me encanta. Pin Ups o rollo marinero. Aunque me he hecho un par de piezas de realismo y están muy bien. Tonos negros, el color solo para los tradicionales, lo demás negro. Realmente llevo mucha tinta negra en mi cuerpo (risas).

T: Imagino que no te tatuará siempre la misma persona…

TM: No, depende. Pasan épocas y conoces a algún tatuador nuevo, o a alguien que te habla de otro, miras sus trabajos, te gustan y te animas a tatuarte con ésa persona. También depende del estilo que me quiera hacer.

Si es algo tipo Old School o tradicional voy a un tatuador, en concreto uno que me gusta mucho que se llama Keko que está entre Barcelona y Málaga. También me tatuaba Javi, de Loyalty Tattoo, en Gracia. En ese mismo estudio estaba Mamba, que también me ha tatuado. Me gusta mucho su estilo, aunque es diferente del de Javi. De hecho llevo un lettering de la Mamba porque tiene un estilo propio que me encanta.

Si luego quiero algo de realismo pues me voy con Chiky Gómez  de Valencia, o bien con Juanda que está en Rebel Tattoo y hace un realismo brutal. Además tatúa bien y rápido, que eso siempre se agradece (risas). 

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T: A parte de los tatuadores que hemos comentado ¿Hay alguno en concreto que te gustaría que te tatuara?

TM: Pues no sé… Hombre hay tatuadores que evidentemente molaría porque son leyenda. Imagínate, Filip Leu, Theo Jack, Ben Grillo, que es un tío que hace cosas muy minúsculas. Estaría bien por probar pero realmente no tengo fanatismo por algún tatuador en especial.

Aquí en España hay grandes artistas igual que en todo el mundo. Y más en Barcelona. Hay mucho nivel y realmente no necesitas irte a Amsterdam para hacerte un gran tatuaje. Afortunadamente aquí tenemos gente que dibuja y tatúa muy muy bien. Hace años si que te hubiera dicho que me molaría llevar una pieza de Tin-Tin o gente así pero ahora mismo ya me da igual. A parte tampoco me queda demasiado sitio, 30% como mucho (risas)

T: ¿Has salido de España para tatuarte?

TM: En Polinesia me tatué. Ahí fue cuando empezó un poco el rollo de lo de los sueños. Por cada sueño realizado me hago un tatuaje. Algo que toda la vida he deseado hacer y finalmente lo consigo quiere recordarlo. Yo soñaba con ir a la Polinesia, pero me parecía completamente inalcanzable. Cuando era joven siempre lo tenía en mente, ni Tailandia ni Indonesia, para mi la Polinesia era lo máximo. Tahití, Bora Bora, los Mares del Sur… Y de hecho de ahí proviene todo el tema de los tatuajes, todo nació ahí.

Una vez conseguí ir, me tatué en el brazo un tradicional polinesio, unas letras, que en su idioma significa «cumplir tus sueños te hace poderoso». Va un poco más allá del típico «haz realidad tus sueños». Y es que realmente se pueden cumplir. Si te lo curras puedes llegar a cumplir un sueño, y una vez te das cuenta que puedes cumplir uno ves que nada te impide cumplir otro. 

T: Así que por cada propósito o metas alcanzada te haces un tatuaje.

TM:  Sí. Afortunadamente he conseguido hacer cosas que siempre quise hacer y poco a poco voy haciendo (risas).

T: A parte del tatuaje que te hiciste en Polinesia ¿qué otro tatuaje llevas que sea especialmente relevante?

TM: Para mí, y de hecho quizás sea el más sencillo o el más «feo» por decirlo de algún modo, es éste que llevo en el cuello. Pone «papa», pero está escrito por mi hija. Mi hija ahora tiene cuatro años y medio, y hace aproximadamente un año, cuando escribió «papa» por primera vez en el colegio cogí el papel tal cual lo escribió, lo calqué y  me lo tatué. De puño y letra de mi hija, y aunque solo pone «papa» para mí, es lo máximo.

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Otro importante para mi, son unas estrellas en el codo. Me lo hice cuando conocí en persona a Millán Salcedo de «Martes y 13» que para mi era uno de los sueños de mi vida, ser como él, como «Martes y 13». Al mismo tiempo murió Pepe Rubianes, coincidió más o menos la época, por eso llevo éstas estrellas.Es una fecha muy importante ya que todo pasó en el mismo mes. Conocí a uno de los grandes y se fue otro…

De hecho yo compartía camerino con Rubianes en el Teatro Capitol y era un tío al que yo admiraba de una forma increíble. Yo sigo todavía en el Capitol y le sigo rindiendo homenaje en cada actuación que hago. Cada función que hago es por él. Por mí. pero también por él. No sé, después de Rubianes no hay precedentes de nadie que haya estado tanto tiempo en el Capitol, hizo 1060 funciones. Él es el maestro. Es un crack. 

T: ¿Tienes en mente hacerte alguno próximamente?

TM: De hecho sí,  en la zona de los riñones. Llevo toda la espalda tatuada menos esa zona y quiero hacerme la falange espartana, de la película  «300». Me la hará Chiky en la convención de Sabadell, y de hecho creo que quiere llevar el tattoo a concurso. Así que si estás por Sabadell verás como me tatúan los riñones, que hace un daño increíble (risas).

T: ¿Alguno en las costillas? Porque ahí también duele lo suyo.

TM: No en las costillas ninguno. Llevo un lettering que entra un poco hacia las costillas, pero hace un daño… Hace tanto tanto daño que todavía no tengo cojones a tatuarme esa zona. Aunque como ya no me queda espacio prácticamente, tendré que ir haciéndome a la idea (risas).

T: ¿Ningún hueco más que esté todavía en blanco?

TM: Bueno llevo las dos piernas tatuadas menos el muslo izquierdo. 

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T: Colaboraste en la campaña «Las apariencias engañan» realizada por el fotógrafo mallorquín Oscar Quetglás. ¿Cómo fue la experiencia?

TM: Sí, de hecho fui de los primeros en apuntarme. Vi su proyecto por casualidad, me escribió y me apunté en seguida. Me parece una campaña muy muy guapa. Yo, al igual que  los futbolistas, cantantes o los artistas en general, no tenemos problemas para tatuarnos, no nos influye en nuestro trabajo.  Pero lo que está claro es que un trabajo tipo abogado, dentista, o incluso en un supermercado, es decir gente que esté de cara al público, lo tiene más difícil. Pueden estar igual de preparados, o más, pero por imagen no encajan.

Aunque hoy en día ya no está tan mal visto el tema de los tattoos, es decir que ya no tira para atrás a la mayoría de gente. Si vas muy «petao» como yo ya es otra cosa, pero en general hoy en día casi todo el mundo va tatuado, aunque sea un tatuaje pequeño. 

T: ¿Porqué crees que todavía hay éste estigma con los tatuajes?

TM: Pues no lo sé. Yo estoy totalmente en contra, ya te digo. Además que las apariencias engañan es en todos los sentidos. Ha habido épocas en que no me los taxis no me paraban. Me veían en manga corta y lleno de tatuajes y no paraban. Luego cuando por fin conseguía uno siempre lo comentábamos, y les decía que puede que yo lleve éstas pintas pero precisamente el que quiera robarle irá más disimulado.

Odio la gente que prejuzga. Yo no lo hago, y creo que ésta campaña está muy bien. Igual ves a un tío por la calle super tatuado y al día siguiente es el cirujano que te salvará la vida.

T: ¿Cómo crees que irá evolucionando el tema de la integración del tatuaje en la sociedad?

TM: Yo creo que llegará un punto que los tatuajes ya no estarán mal vistos. Podrás trabajar en cualquier lado sin problemas, pero a la misma vez habrá mucha gente que se arrepentirá de llevar tattoos. La gente se está tatuando porque es moda. Ahora en los medios, la televisión, anuncios, hay tatuajes por todas partes, pero el que se tatúa por moda… la está cagando. 

T: Sí que es cierto que está de moda tatuarse. ¿Qué significan para ti los tatuajes?

TM: El tatuaje es una forma de decorar mi cuerpo como a mi me gusta. Todas las pieles son iguales, más claras o más oscuras, pero son iguales. Somos aburridos. Y quieras que no somos un buen lienzo para retratar nuestra propia vida y de la forma que más nos guste. Para mí ése es el sentido, pero si lo haces por moda pues … te arrepentirás.

T: Comentabas que el sector artístico, entre otros, no le repercute tanto el hecho de tatuarse, ¿Nunca has tenido problemas por ir tatuado? A parte de la fobia que te tengan los taxistas…

TM: Sí, pero no es por discriminación. Yo hago teatro, pero también televisión o cine y a la hora de darme un papel puede ser un handicap o una ventaja. Dependerá del estilo del personaje que busquen. 

T: Hay mucha gente que en cuanto empieza a tatuarse ya no puede parar. ¿Crees que estás viciado a los tatuajes?

TM: Hombre, realmente engancha un poco. Vas viendo la evolución y vas viendo las cosas que dices hostia… Me encantaría por poner un ejemplo, tatuarme la cabeza de un león con una corona o cualquier cosa así. Si no llevas ninguno, evidentemente te lo piensas bien, pero si llevas varios tattoos ya sabes de qué va, te gusta, y si realmente tienes ese diseño en mente, sencillamente te lo haces. Lo que me vengo a referir es que cuantos más llevas más fácil es hacerte. Ya te animas y te lo tatúas sin más.

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T: Vaya, en resumen, que sí que eres un viciado.

TM: Sí, sí sí sí (risas) lo reconozco.

T: ¿Hay alguno del que te arrepientas?

TM: No, la verdad aunque llevo varias mierdas no. Lo que sí que pasa es que ahora veo gente que empieza ahora a tatuarse y tienen el cuerpo completamente limpio. En su caso si deciden hacerse el brazo entero por ejemplo con unas figuras concretas o algún motivo y al final diferentes tatuajes acaban de acoplarse de la forma que parece una única pieza genial.

Los que empezamos como yo hace veinte o veinticinco años, empezamos con uno, luego con otro, y  poco a poco y al final llevamos lo que nosotros llamamos el parcheado. Uno por aquí, otro por ahí, que a veces no tienen nada que ver el uno con el otro, no hay una armonía. Al final con el tiempo lo que acabas por hacer es ir cubriendo alguno que te hiciste hace ya muchos años y realmente ya no te gusta. O que en ese momento te parecía chulo pero ahora ves que es una mierda o que lo lleva todo el mundo.

Piensa también que han evolucionado mucho las técnicas, los colores, las tintas… Así que si quieres taparte un tattoo un poco cursi o cutre pudiendo hacer algo mucho más espectacular… pues lo haces. Vaya que no me arrepiento pero es una lástima que en la época que me empecé a tatuar no hubieran los materiales que hay hoy. Ahora se hacen obras maestras sobre todo de realismo y estilos así, antes éstas técnicas no se dominaban tanto como ahora, obviamente. Igual que en los años cuarentas había esa tinta guarra que al final se quedaba de color verde. De hecho yo tengo algún tattoo que se ve medio verde (risas).

T: ¿Cuantos covers llevas pues?

TM: Covers… pues llevo dos. Tampoco son muchos.

T: Estás ahora con tu show Follamigas, ¿Qué tal va?

TM: Bien, he terminado ahora la cuarta temporada, la hemos terminado a tope. Super lleno, con mucho éxito, mucho más de lo que yo creía que tendría. Superando desde luego las expectativas. Ahora en diciembre empezaré con Blanca Navidad, la octava temporada. Por último en marzo supongo que haré la quinta y última temporada de Follamigas porque en septiembre estrenaré mi nuevo espectáculo. Todavía no puedo decir ni el nombre ni de qué trata, pero será algo completamente nuevo.

T: Y hablando de «follamigas», ¿tienes algún tatuaje de alguna de ellas?

TM: No. Nunca nunca nunca hay que tatuarse el nombre de una mujer (u hombre). Ni siquiera si estás casado, nunca se sabe lo que pasará. Nombres solo puedes tatuarte los de la familia. Padres, hijos o hermanos. La familia siempre lo será. ¿Pero el de una mujer? Jamás. Ni novios ni pollas… (risas)

T: Toni, muchas gracias por concedernos tu tiempo y por ésta entrevista. Ha sido genial poder hablar contigo. Esperemos que tengas éxito con tus próximas funciones, y nos vemos en Sabadell.

TM: Un placer. Gracias a vosotros y sí, ahí nos vemos.

Así que ya sabéis, si queréis disfrutar de los shows con el humorista más descarado del momento, Teatro Capitol en Barcelona.

Próxima parada… Sabadell.

Fotos | Toni Moog


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