Horimono XX: el zorro japonés o kitsune

Chris en  ironcypress

Chris en ironcypress

Las raíces de las leyendas japonesas sobre el zorro parecen provenir del folclore chino, coreano, hindú y griego aunque en Japón adquieren su propio enfoque cultural; de hecho, los zorros de estas culturas son seres malvados, a diferencia del Kitsune, que puede ser bueno o malo.
El zorro de nueve colas es una de las representaciones más apreciadas en el Horimono, ya que se considera que cuantas más colas tenga, más viejo y poderoso será. Cuando llega a mil años consigue la novena cola (el número máximo), su pelaje se convierte en blanco o dorado y adquiere una infinita sabiduría y capacidad adivinatoria.

Kitsune en mscim.ru

Kitsune en mscim.ru

Los zorros con pelaje negro también son símbolos de buenos presagios.

Inari y Kitsune

Inari es el dios de la fertilidad, la agricultura y el arroz. Kitsune es su sirviente y mensajero y lleva en su boca o en su cola una esfera de estrella llamada hoshi no tama, joya que simboliza al dios y su pelaje es blanco, aunque a veces se le representa con un pelaje de fuego.

Ahuyentan al mal, son guardianes espirituales y si se les invoca, defienden a los campesinos y los protegen. Además siempre cumplen sus promesas y pueden hacer regalos mágicos si se les trata con respeto.

Zorros Yako

Tattoo by Jason June at Three Kings Tattoo in Brooklyn, NY

Tattoo by Jason June at Three Kings Tattoo in Brooklyn, NY

Los zorros yako son salvajes y tienden a ser traviesos e incluso malvados: se burlan de la gente, se convierten en fuegos fatuos, roban, engañan, hacen magia para confundir…

Los zorros consiguen el poder de adquirir forma humana con los años; por ello no es raro encontrar historias de amor entre humanos (que no saben que son zorros en realidad) y kitsunes; sobre todo mujeres zorro con la que pueden tenerse hijos; éstos pueden nacer zorros, pero si nacen humanos, tendrán poderes mágicos.

Otros kitsune, sin embargo, son súcubos que se alimentan de la energía vital o del espíritu de los seres humanos, generalmente a través del sexo y pueden poseerlos. Hasta el siglo XX se practicaban exorcismos para expulsarlos de los cuerpos como se hacía con las posesiones diabólicas, así que ya sabes: infórmate bien antes de tatuártelo, que nunca se sabe…


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