Recientemente me he terminado mi último tatuaje, se trata de un buda, una flor de loto y algunos elementos más característicos de Japón con los que terminar una composición de estilo japonés que tengo desde el codo hasta el hombro del brazo izquierdo (puedes verlo en mi Instagram personal). Un tattoo que me he realizado en tres sesiones ya que por cuestiones no relacionadas con el propio tatuaje en sí, tuve que dejar a medias la que iba a ser la segunda y última sesión.
Y aunque no vengo a hablar de mi tatuaje, sí quiero hacerlo desde la perspectiva del dolor. No es la primera vez que en Tatuantes hablamos sobre las zonas más dolorosas del cuerpo para hacerse un tatuaje. Dejando a un lado los diferentes aspectos y que cada persona es un mundo, hablaré de mi experiencia personal. Ha sido la primera vez que realmente me ha costado aguantar toda la sesión (especialmente la última media hora).
Por lo que he estado investigando, repasar un tatuaje puede ser bastante más doloroso que hacerse uno nuevo en una zona de la piel no tatuada. Si a ello sumamos que la cara interna del brazo (especialmente entre hombro y codo) es más sensible, el cóctel está servido. Todos sabemos que el proceso de curación de un tatuaje es perfectamente superior a un mes. Por lo tanto, si apenas dejamos espacio de tiempo tras dicho mes y volvemos a repasar y/o terminar un tattoo en proceso, es muy posible que pasemos un mal rato.
Sí, palos con gusto no duelen, pero la verdad es que se hace complicado de aguantar. Es por ello que si tuviera que responder a la pregunta con la que titulamos este artículo diría que, por mi experiencia personal y por lo que me han dicho algunos tatuadores, SÍ. Repasar un tatuaje duele más que hacerse uno nuevo. En este caso, recomendaría a cualquier persona dejar un plazo de dos a tres meses para terminarse o repasar un tatuaje ya que así te aseguras que la piel está totalmente curada.