Cuidar un tatuaje recién hecho de la manera adecuada es fundamental. En primer lugar, para que cicatrice perfectamente y que no tengas ninguna infección, además para que el diseño sea duradero y en óptimas condiciones. Debes de tener en cuenta que aunque éste sea tu primer tatuaje, como el décimo o el vigésimo, el cuidado posterior nunca debes minimizarlo o dejarlo de lado.
Hay varios puntos a tener en cuenta, desde la limpieza, hasta los productos hidratantes que vas a utilizar, la protección solar y una cantidad de detalles. De la misma manera que tomaste tu tiempo para elegir el diseño adecuado para ti, el cuidado posterior es parte del proceso igualmente importante.
Recuerda que al hacerte un tatuaje estás realizando una lesión en tu piel quedando básicamente una herida abierta. Por eso saber cómo cuidar un tatuaje recién hecho es prioridad para la salud de tu piel. A continuación, veremos los pasos y los cuidados necesarios que debes seguir a realizarte el tatuaje.
Sigue las instrucciones de tu tatuador para cuidar un tatuaje recién hecho
Antes de abandonar el salón de tatuajes, tu tatuador te dará instrucciones detalladas sobre los cuidados posteriores. Presta mucha atención a sus indicaciones y haz todas las preguntas que tengas. Recuerda que tu tatuador tiene mucha experiencia en el cuidado de tatuajes, así que seguir sus consejos es crucial.
Mantén el tatuaje cubierto
Durante las primeras horas tras hacerte un tatuaje, tu artista lo cubrirá con una película protectora o vendaje. Esta barrera impide que las bacterias externas y la suciedad penetren en la herida.
Se recomienda mantener la película puesta al menos de dos a cuatro horas para que el tatuaje respire e inicie el proceso de cicatrización.
Después de retirar la cubierta, lava suavemente tu tatuaje con agua tibia y un jabón antibacteriano sin perfume. Utiliza las manos limpias para limpiar la zona, evitando frotar o restregar en exceso.
Aplica una fina capa de crema hidratante
Después de lavar el tatuaje, sécalo a golpecitos con una toalla limpia. Una vez seco, aplica una fina capa de una crema o pomada hidratante para tatuajes recomendada específicamente por tu tatuador.
Estos productos ayudan a mantener el tatuaje hidratado y favorecen la cicatrización. Evita utilizar lociones pesadas o productos a base de petróleo, ya que pueden obstruir los poros y dificultar el proceso de cicatrización.
Evita la exposición excesiva al sol
La exposición al sol puede dañar y decolorar los tatuajes, sobre todo los recientes. Por tanto, es esencial que protejas tu tatuaje de la luz solar directa durante al menos un mes. Si tienes que estar al aire libre, aplícate un protector solar de amplio espectro con un FPS alto para proteger tu tatuaje. Además, llevar ropa ligera y protectora que cubra el tatuaje puede proporcionar una mayor protección.
Evita en lo posible rascarte
El proceso de cicatrización de un tatuaje incluye la formación de costras y escamas. Sin embargo, es crucial no picar, rascar o pelar estas costras, ya que puede provocar infecciones y cicatrices. Deja que las costras se caigan de forma natural, y permite que la piel que hay debajo se cure correctamente y conserve la saturación del color.
Remojarte o nadar no es recomendable
Durante las primeras semanas tras hacerte un tatuaje, evita las actividades que impliquen remojarte o nadar de forma prolongada. Sumergir tu tatuaje en agua puede ablandar las costras y prolongar el proceso de cicatrización.
Además, es mejor posponer actividades como jacuzzis, saunas y piscinas para reducir el riesgo de que bacterias o productos químicos infecten tu tatuaje reciente.
Aléjate de la ropa ajustada
Mientras tu tatuaje esté cicatrizando, intenta llevar ropa holgada para evitar roces e irritaciones. La ropa ajustada puede rozar el tatuaje, causando molestias e interfiriendo potencialmente en el proceso de cicatrización. Opta por tejidos transpirables que permitan que tu piel respire y reduzcan la acumulación de humedad.
Mantén una buena higiene
Mantener limpia la zona tatuada es esencial durante el proceso de cicatrización. Una higiene descuidada puede provocar infecciones u otras complicaciones. Lávate siempre bien las manos antes de tocarte el tatuaje, y evita la exposición a ambientes sucios o tocar el tatuaje con las manos sin lavar.
Sigue un estilo de vida saludable
Seguir una dieta nutritiva y mantenerte hidratado puede contribuir significativamente al proceso de curación de tu tatuaje. Un sistema inmunitario sano favorece una curación más rápida, mientras que beber mucha agua ayuda a mantener la piel flexible e hidratada. Además, evitar el consumo excesivo de alcohol y el tabaco puede mejorar el flujo sanguíneo y la cicatrización general.
Ten mucha paciencia
Recuerda que los tatuajes tardan en curarse y que el cuerpo de cada persona es distinto. Es natural que los tatuajes pasen por varias fases de curación, incluyendo picores y molestias. Seguir la rutina de cuidados postoperatorios adecuada y ser paciente garantizará que tu tatuaje tenga el mejor aspecto una vez curado por completo.
Cuidar un tatuaje recién hecho es vital para conseguir una curación óptima y mantener su longevidad.
Como hemos visto las instrucciones para cuidar un tatuaje recién hecho son simples. Requieren algunos productos básicos para el cuidado de la piel que seguramente algunos ya los tengas en casa, pero fundamental es cumplir todos los pasos saltarse ninguno.
Algunos síntomas como enrojecimiento, picazón, sensibilidad, son normales y se resuelven con rapidez.
Recuerda que siempre está la posibilidad de infección en cualquier momento y el riesgo es grande. Las probabilidades pueden ocurrir debido a una mala esterilización de los materiales que se utilizaron, sobre todo de la aguja.
También es posible alguna reacción alérgica a las tintas y alguna de las sustancias del tatuaje. Los dermatólogos explican que las tintas roja, amarilla y azul poseen ingredientes para lograr esos tonos que tienden a ser más alergénicos que el carbón utilizado para el color negro. Estas tintas suelen tener cloruro de cobalto, manganeso, por ejemplo, que pueden ocasionar reacciones alérgicas, inflamación o enrojecimiento en algunas personas.
Para finalizar, siguiendo los pasos y precauciones descritos en este artículo, puedes asegurarte de que tu tatuaje cicatrice bien, conserve su vitalidad y se convierta en una obra maestra que puedas lucir con orgullo durante años. Escucha a tu tatuador, sigue sus instrucciones y dale a tu tatuaje el amor y el cuidado que necesita.