La primera vez que me hice un tatuaje (hace ya diez años, ¡cómo pasa el tiempo!) me puse tan nerviosa que no fui capaz de mirar. Girada incómodamente en la camilla de plástico, que se me pegaba (era julio), parecía más que me hubiera desmayado por el susto que la ruda marinera con la que había soñado ser.
Puede que, si hubiese tenido más información, no hubiese estado tan nerviosa. Por eso, en este post repasaremos todos los pasos sobre cómo hacerse un tatuaje: desde decidir el diseño a salir por la puerta.
Primer paso: escoge el tatuador y el diseño
A la hora de escoger el diseño sobre cómo tatuarse, no es tan complicado como parece. Piensa en qué quieres y busca fotos por internet para poder enseñárselas al tatuador.
Tras este primer paso, toca decidir con quién tatuarse. Ya que más o menos sabes qué quieres como diseño, escoge un tatuador que se adapte a lo que busques. Sobre todo, no te guíes por el precio, sino por el trabajo del artista. Por ejemplo, si quieres un tatuaje tradicional, busca a alguien que se dedique a ese estilo de tatuajes.
Segundo paso: visita a tu tatuador (o llámalo)
El segundo paso es, evidentemente, visitar al tatuador. Siempre es algo mejor que una llamada, porque así puedes enseñarle donde quieres tatuarte y traerle los diseños para que los vea. Escoger imágenes de muestra es fundamental incluso cuando el tatuador vaya a hacerte el diseño él mismo. Así tendrá más claro qué es lo que te gusta.
Tercer paso: día de la cita y precio
A partir de aquí, pueden pasar dos cosas: que el tatuador concierte el día en que te va a hacer el tatuaje o que quedéis otro día para hablar más del diseño. Normalmente, en ambos casos te pedirán una paga y señal después de pactar un precio que lo más seguro es que sea aproximado, ya que seguramente dependa de las horas en que finalmente se estén contigo.
Y, finalmente, ¡acude el día de la cita! Y recuerda ir tranquilo y sereno, ya verás como al final no duele tanto.