Puede parecer una afirmación un tanto radical y tajante, pero es la realidad. Hacerse un tatuaje, como bien hemos comentado en más de una ocasión, conlleva hacer frente a diferentes riesgos y/o problemas posteriores al proceso de curación. Evidentemente, si nos hacemos un tatuaje en un estudio acondicionado y que cumpla con todas las normativas higiénico-sanitarias, reduciremos casi al 100% los posibles problemas de salud derivados de hacerse un tattoo. Y aunque los tatuajes pueden causar alergias, mejor entremos en detalles.
La gran mayoría de alergias asociadas con los tatuajes están relacionadas con las tintas usadas. Y es que hay algunas personas cuyos cuerpos no procesan en su piel algunas de las tintas usadas hoy en día. Especialmente la roja y verde son algunas de las que más problemas pueden causar debido a los pigmentos usados en la composición de este tipo de tintas. Sin embargo, y si se trata de una tinta homologada, el riesgo de sufrir una alergia es prácticamente inexistente. Aunque nunca podemos decir que el riesgo es el 0%, ya que estaríamos mintiendo.
Si te has hecho un tatuaje, su proceso de curación ha terminado pero sientes mucha picazón, podríamos estar ante un símbolo de una alergia. Y en casos en los que una parte del tatuaje se inflama o irrita, podemos decir que casi con total seguridad que se trata de una alergia a la tinta usada. Es por ello que si en tu familia hay algunos casos de alergias a diferentes cosas, lo mejor que puedes hacer es primero optar por un tattoo muy pequeño y en algún lugar discreto para asegurarte de que no sufres este tipo de alergias.
Entonces, ¿Cómo evitar que un tatuaje pueda causar alergia? Pues la verdad es que si el tatuador cumple todas las normas higiénicas y usa material homologado y 100% legal, podemos decir que no tendrá ningún tipo de culpa de que nos cause algún tipo de alergia el tatuaje. A pesar de ello y si nunca antes te has hecho un tattoo, lo mejor que puedes hacer es preguntar al tatuador para que dé respuesta a todas tus dudas.