Para que la curación sea perfecta y rápida, la web elcuerpo.es da una serie de consejos sobre sanidad distinguiendo entre piercing en la boca y piercing en cualquier otra parte del cuerpo.
Cuidados del labio, lengua y parte interna de la boca
Deberás enjuagarte con un antiséptico bucal o un suero fisiologico mínimo dos veces al día y siempre después de comer, beber o fumar; de todos modos no es recomendable fumar, ni tampoco beber alcohol, tomar alimentos calientes (mejor fríos) ni alimentos con lactosa así como compartir fluidos con otra persona.
Cuidados generales post-perforación
En cualquier zona que no sea la boca, deberás limpiarte al menos tres veces al día con un jabón neutro, suero fisiológico o antisépticos específicos para piercing. No seques la zona con algodón, toallas o cualquier material que pueda soltar pelusas o irritar la zona.
No recomiendan alcohol, agua oxigenada, yodo ni cristalmina ya que resecan la piel y dificultan la cicatrización. Tampoco son recomendables los antibióticos salvo infección porque pueden irritar o dificultar la cicatrización, ni automedicación, ni remedios caseros que si bien pueden ayudarte también pueden no funcionar y acabar infectando la zona.
No es recomendable manipular el piercing, quitártelo ni cambiarlo hasta que haya pasado el tiempo que te hayan dicho que suele oscilar entre 20 y 40 días.
Procura no bañarte en piscina ni bañeras de hidromasaje durante los dos primeros meses. Tampoco te expongas al sol porque los rayos ultravioletas dificultan la cicatrización de la piel.
No os lo toméis a broma: si se infecta la habéis fastidiado. Ya os comentó Loreto que las reacciones más frecuentes son las alergias al material que se usa, afectando a un 45% de la población, así como la infección bacteriana que se presenta por estafilococo, estreptococo o pseudomonas; peligro que aumenta si se perfora la lengua o un cartílago.
Pero ésto no es todo: mañana os hablaré de otros problemas bastante graves que ocasiona un piercing.
Fuentes-elcuerpo.es