El tatuaje maorí tiene su origen en los nativos de Nueva Zelanda, que se adornaban la cara con elegantes espirales trazadas a mano por la mano segura del tatuador, a quien consideraban como alguien sagrado.
Como cabría esperar, la historia del tatuaje maorí es muy interesante y vale la pena conocerla, ya que es uno de los orígenes de los tatuajes tribales que vemos hoy en día y que estuvieron tan de moda durante los años noventa.
Historia del tatuaje maorí o moko
Desde hace miles de años, los maoríes, habitantes de las islas de Nueva Zelanda, han usado el moko como un rito de paso entre la infancia y la edad adulta. De hecho, llevarlos era tan común que se consideraba que quien no los llevaba no era por gusto, sino porque no tenía dinero.
Los tatuajes los llevaban tanto hombres como mujeres y se consideraba que llevarlos te volvía mucho más atractivo a los ojos de los demás. Entre los hombres, era habitual llevar tatuajes de este estilo en la cara, el trasero y las piernas, mientras que las mujeres los llevaban en la barbilla y en los labios.
Hoy en día, muchos maoríes siguen llevando este tipo de tatuajes como signo de identidad cultural, aunque normalmente se los hacen con pistolas de tatuar y no con el método tradicional, mucho más doloroso.
¿Cómo se hace un tatuaje maorí?
Tradicionalmente, los tatuajes de este estilo se hacían cincelando la carne, no pinchándola, con lo que el tatuaje al final quedaba con relieve. Es una técnica dolorosa, en la que se acostumbraban a usar una especie de agujas y cinceles hechos de hueso de albatros.
Aunque la mayoría de los tatuadores eran hombres, se tiene constancia de que un número nada desdeñable de mujeres también hacían los tatuajes, especialmente a partir de finales del siglo XIX.
La historia del tatuaje maorí es apasionante, ¿verdad? Cuéntanos, ¿tienes algun tatuaje como estos? Recuerda que, si quieres contarnos lo que te apetezca, ¡solo tienes que dejarnos un comentario!