Los tatuajes de anuncios son algo peculiares. No deja de sorprender el hecho que haya gente dispuesta a grabar en su piel marcas comerciales, de hecho aunque sea bastante original, no deja de ser un poco freaky.
Vivimos en un mundo de consumismo, eso no se puede negar. Todos lo que nos rodea son estímulos que, mayoritariamente tienen precio. La publicidad, nos guste o no, hace mella en nosotros. Y como podéis comprobar, en ocasiones de forma completamente absurda. Graciosa a veces, pero absurda.
¿Estrategia de marketing?
Sí. O por ,lo menos muy a menudo. Varias empresas, a principios de los 90’s, iniciaron una campaña en la que se ofrecía un 10% o 20% en descuentos ilimitados en sus productos a aquellos que se tatuaran el logo de la compañía. No es una mala estrategia, y como hemos comentado antes, según el logo puede quedar incluso divertido.
¿Os atreveríais a tatuaros algo así? Bien, en primer lugar habría que mirar qué tanto nos interesa el producto. Si te decides a tatuarte el símbolo de Pepsi… O eres un adicto o francamente, no sale a cuenta. Si hablamos de Apple, tiene un logo sencillo y discreto, y un 10 o 20% de descuento, pues ya es otra historia.
Pongamos a Harley Davidson como ejemplo. Harley es un icono para todos los moteros, así que mucha gente independientemente que sea como estrategia de marketing o no, se tatúan la mítica imagen. Si vas a hacerlo por el descuento piensa ¿Alguna vez podrás pagarte una Harley? ¿O un Ferrari? Si no es así, es mejor comprarse una camiseta…
Pero éste tipo de tatuajes no siempre van relacionados con el dinero. Los hay que son puro esnobismo. «Hola, soy cool y llevo un tatuaje con de Chanel». ¿Rídiculo? Sí. Pero existe.
Y por último tenemos a los fans. Enamorados, de los coches, de las consolas, de la cerveza, de la fiesta… O quien sabe, igual alguien se sacó la carrera a base de Red Bull y le estará eternamente agradecido…
Ya sea por amor a la marca o como una estrategia comercial, aquí tenemos el resultado de los tatuajes dedicados a las grandes empresas. Y algunos no están nada mal.