Siguiendo el primer artículo del irezumi, el origen de los tatuajes de Japón, hoy veremos cómo evolucionó el arte del tatuaje en este país a partir del período Edo, que comprende los años 1603 a 1868.
Y es que durante este período, en el que al principio en el mundo de los tatuajes todo seguía igual, pasó algo totalmente inesperado que cambió la historia de los tatuajes de Japón para siempre.
La novela que lo cambió todo
Y este cambio para los tatuajes de Japón fue ni más ni menos que… una novela.
Las pasiones humanas, como decía Michel Ende, son un misterio. A veces aparece una obra de ficción que crea auténticas legiones de fans. El hecho de tatuarse algo relacionado con la cultura popular no es algo moderno, limitado a los fans de Harry Potter o los videojuegos.
Al contrario, podemos datar estas fiebres por la ficción y los tatuajes como mínimo a 1805, cuando apareció una de las traducciones al japonés de Suikoden (o Shui hu zhuan, en chino, el idioma en que estaba escrita originalmente la novela).
Bandoleros muy molones
Suikoden, una de las cuatro grandes novelas de la literatura china, cuenta la historia de 108 bandoleros que luchaban con honor y valentía. La edición japonesa llegó con unas ilustraciones increíbles hechas con xilografía (siguiendo el conocidísimo estilo ukiyo-e). En las ilustraciones, los bandoleros tenían sus cuerpos decorados con dibujos de tigres, flores y dragones.
La población se volvió loca por los bandoleros, y empezaron a reclamar cada vez más tatuajes del estilo de Suikoden. Así que los artistas que se habían especializado en xilografía empezaron a especializarse también en tatuajes.
Y así fue como los tatuajes de Japón experimentaron un aumento brutal de portadores, y una especialización por parte de artistas del dibujo que llevaría este arte a un nuevo nivel.
Esperamos que este artículo sobre los tatuajes de Japón te haya gustado e interesado. Dinos, ¿conocías la historia de los tatuajes japoneses? ¿Llevas algún tatuaje de este estilo? ¡Dinos lo que te apetezca en los comentarios!