El galgo tiene una gran relevancia en la mitología celta y aparecen en numerosas historias. acompañar a los héroes al mundo inferior o al mundo superior. Cabal, el galgo del Rey Arturo le ayudó a cazar un peligroso jabalí, al igual que los galgos de Mannanan, dios celta del mar, también le ayudaron a cazar un jabalí mítico.
Nehellenia, relacionada con el mar, era representada como un galgo o como un perro y Cuchulain, el héroe celta, se ganó su nombre después de matar al galgo del herrero Chulain, y éste se convirtió en su animal totémico.
Los galgos de Annwn, cazaban las almas a través del cielo oscuro y tormentoso, y se les representaba con las orejas y los ojos blancos y rojos.
El galgo de Lugh, el dios del sol irlandés, tenía poderes divinos: el agua en el que se bañaba se convertía en vino y nunca podía ser derrotado en la batalla.
Galgo español
Ya hay referencias a la caza con galgos en España en el siglo II a.C. El galgo español es una noble y preciosa raza pura autóctona, a la que, por desgracia, no se le muestra el mismo respeto que mostraban los celtas a los suyos.
Miles de galgos son maltratados en España para que se conviertan en buenos cazadores y cuando termina la temporada de caza, la mayoría es abandonado o asesinado: los más afortunados reciben un tiro en la cabeza; los otros no:
les prenden fuego vivos, les golpean hasta la muerte, las arrancan la piel para quitarles el chip de identificación, les abandonan atados en pozos o cuevas hasta que mueren de hambre o les practican lo que se llama coloquialmente “tocar el piano”, colgarlos de una cuerda de un árbol apenas apoyados en sus patitas hasta que el animal se rinde y se deja morir.
Asociaciones como SOS Galgos los rescata y busca un hogar para ellos. A pesar del maltrato vivido son cariñosos, muy sociables con otras mascotas y tranquilos.
Mucha gente se tatúa un galgo para que no se olvide su historia: de todos los tatuajes que he visto de perros, son los que más me han emocionado.
Fuentes- “Febrero. El miedo de los galgos” documental de Irene Blánquez.