Los tatuajes naturales pueden resultar atractivos para todas aquellas personas a las que les encante salir a la montaña a hacer senderismo, a montar tiendas de campaña o a cortar leña con su hacha al hombro.
Sus motivos acostumbran a ser muy clásicos (hay millones de posibles diseños en los que inspirarse en plantas, por ejemplo), aunque podemos darles un giro interesante jugando con temas más originales, pero con la naturaleza como protagonista, y jugando con el color.
Cabañas en el bosque
Si buscamos tatuajes naturales, podemos inspirarnos en la tranquila vida de los leñadores. Aunque en los últimos tiempos ya han sido protagonistas de algunas modas (cómo olvidar las barbas de leñador y las camisas de cuadros que fueron tan trendy hace unos pocos años), podemos sacarles jugo a estos diseños jugando con su estética hípster.
Una cabaña tranquila. Unos bosques espesos bajo dos picos nevados. El tranquilo zumbido de una abeja. Un oso alzando la zarpa, cazando salmones. Una cascada. Todos los motivos son buenos para un tatuaje que nos hará añorar tiempos más sencillos.
El color de una puesta de sol, de un cálido día de primavera
Otra de las posibilidades con las que podemos jugar con los tatuajes naturales es con el color, o lo que es lo mismo, con la luz. Si optamos por un diseño grande, podemos buscar un tatuador que haga buenos sombreados y que pueda imitar la luz del atardecer, el verde brillante de las hojas cuando acaba de llover.
Por el contrario, si preferimos una pieza más sencilla o mínima, podemos escoger un diseño que transmita la grandeza de la montaña. Mi hermana, por ejemplo, tiene tatuadas dos montañas gigantes y una tienda de campaña minúscula. Como vive en la ciudad, dice que, cuando se añora de la montaña solo tiene que mirarse el brazo.
Como puedes ver, los tatuajes naturales son una opción preciosa para conseguir un tatuaje diferente y muy original. Y tú ¿tienes algún tatuaje como estos?