En los últimos tiempos se ha convertido prácticamente en una leyenda urbana más y/o en un verdadero mito sobre el mundo del arte corporal y, más concretamente, del tatuaje. Tatuarse estando resfriado, ¿es posible? ¿Correré algún riesgo adicional si decido tatuarme estando resfriado? Lo cierto es que se trata de una pregunta bastante habitual. Y es que, puede darse el caso que, llegada la esperada cita para acudir al estudio de tatuajes, al levantarnos de la cama ese esperado día nos encontramos con un catarro inesperado.
Entonces, ¿tatuarse estando resfriado es una actividad de riesgo? No nos encontramos ante una situación vital, pero lo cierto es que, si puedes posponerlo, lo mejor será esperar a estar totalmente recuperados, especialmente si vamos a someternos a una sesión de varias horas para hacernos un tatuaje de gran tamaño. Debemos recordar la premisa de que un tatuaje es una herida en la piel y que, cuando estamos resfriados, nuestras defensas no están al 100%.
Tatuarse estando resfriado abre la puerta a la posibilidad de que el tatuaje se infecte con mayor facilidad. Estaremos más expuestos a una posible infección durante o después de hacernos el tatuaje. Lógicamente, aquí entran en juego diferentes factores. Cada persona es un mundo. No todos sufrimos de igual manera un simple constipado, y también depende, como hemos señalado, del tamaño del tatuaje. No es lo mismo un tatuaje pequeño de una frase a hacernos un tattoo que ocupe toda nuestra espalda.
También hay que tener presente que determinados medicamentos que podemos tomar para curar un resfriado pueden afectar a la sangre y, por lo tanto, tener consecuencias directas durante el proceso de elaboración del tatuaje. En definitiva, siempre que sea posible debemos evitar tatuarse estando resfriado.