El papel hectográfico es una de las herramientas de los tatuadores de las que tal vez no hayas oído hablar… o, al menos, no le hayas dado tanta importancia.
Pero lo cierto es que el papel es básico tanto para que el cliente se haga una idea de cómo va a quedar el diseño como para darle una pauta al tatuador. ¡Lo vemos a continuación!
¿Qué es este papel?
Como decíamos, este tipo de papel es una de las herramientas más básicas de los tatuadores y se utiliza en los estados más tempranos del tatuaje. Aunque hay de muchos tipos, la mayoría recuerdan al papel de carboncillo (aquél que se usaba en la prehistoria para hacer varias copias cuando se escribía a máquina) aunque con un uso similar al papel que se usa en los tatuajes temporales.
La mayoría de papeles hectográficos constan de tres hojas: en la primera es donde el tatuador hace el diseño, la segunda se retira (antes de dibujarlo, esta hoja del medio normalmente es un “seguro” para que nada se calque por equivocación) y la tercera es donde se hace la copia y se traslada a la piel, normalmente de color púrpura.
¿Cómo funciona?
Vamos a ver como funciona, a grandes rasgos (los detalles los dejamos para los tatuadores de verdad) el funcionamiento del papel hectográfico.
- En primer lugar, se prepara el dibujo (normalmente el tatuador lo hace antes de que el cliente llegue para tenerlo todo listo, aunque puede que se espere si tenéis que acabar de hablar del diseño).
- Luego, se prepara la piel con una solución para que la tinta del papel de calco se pegue bien.
- Entonces se coloca la plantilla. Normalmente podéis hablar del lugar y comprobar exactamente dónde irá el tatuaje en este punto.
- Una vez habéis decidido el sitio, el tatuador pasa un paño o una esponja húmeda por la plantilla para que la tinta se adhiera a la piel.
- ¡Y listo! Una vez se retira la plantilla, ya puede empezar a tatuar.
¿Conocías cómo funcionaba el papel hectográfico? ¡Cuéntanos en los comentarios!